sexta-feira, 28 de dezembro de 2018

Enrique Vila-Matas, "Doutor Pasavento", Editorial Teorema, 2005 (II)

(p.224)
«(...) : "Un negro tiene la piel negra bajo todas las circunstancias, pero sólo bajo ciertas condiciones socioeconómicas es un esclavo. Un hombre puede atascarse bajo todas las circunstancias, descubrir que se ha perdido, y tener que dar la vuelta y regresar un largo trecho para encontrarse de nuevo. Sólo bajo ciertas circunstancias socioeconómicas sufrirá esquizofrenia."»


(p.225)
«(...) No sé si debería hablar de esa cena irrelevante, pero la verdad es que hoy no me apetece contar nada que sea trascendente. En realidad hoy no tengo ganas de contar nada. Pero a esa inapetencia la temo enormemente, pues no olvido fácilmente la frase de Kafka que en los últimos tiempos he tenido siempre en cuenta y que me ha ayudado a no caer en la demencia absoluta: «Un escritor que no escribe es, de hecho, un monstruo merodeando la locura.» Hoy la verdad es que no tengo las menores ganas de escribir, pero, a pesar de todo esto, también hoy escribiré, aunque lo haré levemente sobre esa cena intrascendente, (...)»


(p.228)
«(...) Walser jamás estuvo loco. Se le diagnosticó esquizofrenia y a él, en cierto modo, ya le fue bien ese dictamen, pues, como le dijo a su amigo Seelig, quería disfrutar de los años póstumos: «Son pocos los que saben disfrutar de su vejez, cuando puede ser tan satisfactoria. Está comprobado que el mundo aspira a volver siempre a las cosas sencillas, elementales. Por sano instinto, uno se resiste a que lo excepcional, lo extraño, se haga dominante. La inquieta codicia hacia el otro sexo se ha extinguido, y ya sólo se aspira al consuelo de la naturaleza y a las cosas concretas y hermosas que están al alcance de todo el que las anhela. Por fin ha desaparecido la vanidad, y uno se solaza en la gran calma de la vejez igual que bajo un suave sol.»


(p.248)
«(...) cuando el joven egipcio me tendió lánguidamente la mano. Se la estreché con firmeza, como si quisiera ayudarle a saber lo que era tener carácter, aunque no estaba muy seguro de que tuviera yo ese carácter.(...)»

«"(...) Lo penoso del éxito es que siempre se le quita a otro. Sólo pueden gozar de él los inconscientes, las mentes obtusas que no entienden que entre los frustrados siempre hay seres superiores a ellos."»


(p.249)
«"(...) Me interesa el factor Walser. Da igual si él fue como quiero verle yo. El hecho es que él, aparte de ser un maestro en el arte de la desaparición, da la impresión de haber sabido ver antes que muchos hacia dónde evolucionaría la distancia entre Estado e individuo, máquina de poder y persona. ¿Me sigue usted? Me gustan en Walser su ironía secreta y su prematura intuición de que la estupidez iba a ir avanzando ya imparable en el mundo occidental. En este sentido yo creo que él, tal vez sin saberlo, dio un paso más, facilitó a Kafka la descripción del núcleo del problema, que no es otro que la situación de absoluta imposibilidad del individuo frente a la máquina devastadora del poder. ¿Me sigue usted? Me gusta en Walser, por otra parte, su heroico afán de librarse de la conciencia, de Dios, del pensamiento, de él mismo."»


(p.254)
«(...) me confirmó que los otros nos obligan siempre a ser como ellos nos ven o como quieren vernos. En este sentido, la presencia o compañía de los otros es perniciosa, reprime la plena libertad de la que deberíamos disponer para construirnos una personalidad e identidad adecuadas a nuestra forma de vernos a nosotros mismos. Pensar que somos lo que creemos ser es una de las formas de la felicidad. Pero ahí están siempre los otros para vernos de otra manera e impedirnos la construcción de nuestra ilusa felicidad y de paso la construcción de nuestra personalidad favorita, personalidad muchas veces más compleja, por cierto, que la de un personaje de ficción. (...) Pero me quedé algo afectado al ver lo difícil que a veces eran las cosas. Me resultaba imposible no pensar en mi voluntad, todavía reciente pero ya firme, de ser yo mismo a pesar de saber que eran siempre los demás quienes nos creaban. «No sé quién soy, pero sufro cuando me deforman», recordé que decía a menudo un colega del hospital psiquiátrico de Manhattan.»

Por isso, escrever é uma forma de nos criarmos a nós próprios sem a tirania dos outros. Porque quando escrevemos não temos de ouvir os outros. Nem de resistir à nossa tendência natural para nos conformarmos àquilo que pensamos que os outros esperam de nós. Às vezes, penso que me descubro a mim mesmo ao escrever mas, na realidade, descubro-me ou crio-me? Ou ambas as coisas?


(p.256)
«(...) Tal vez me encontraba de nuevo ante una de aquellas señales misteriosas que no sabía yo si estaban dándome una oportunidad para ser dueño de mi vida o, por el contrario, sin contar conmigo, buscaban reforzar mi destino con los naipes marcados.»

É este o problema das coincidências (v. Depak Chopra, para quem isto não é um problema: "The Spontaneous Fulfillment of Desire: Harnessing the Infinite Power of Coincidence" (2004) ou "Synchrodestiny : Harnessing the Infinite Power of Coincidence to Create Miracles" (2005).


(p.258)
«(...) Teniendo como objetivo el camino inverso (el de recuperar su invisibilidad) algunos escritores, como creo que es mi caso en estos momentos, emprenden la dificultosa tarea de ir creando una escritura secreta al tiempo que van organizando silenciosamente las condiciones de su desaparición, esas que habrán de permitirles un día desarmar esa visibilidad que sienten que cada vez les corroe más, pues socava gravemente su relación con la dignidad y lucidez del silencio.»


(p.259)
«(...) El doctor Ingravallo acaba de decirme hace unos instantes que le parece paradójico que ame la desaparición de cualquier intención en mis escritos y al mismo tiempo no cese de contar que he elegido la desaparición como motivo central de lo que escribo. (...) pues algunas de esas páginas no sólo exigen un lector, sino que hasta llegan a extenderle una mano a éste cuando no directamente lo inventan. (...)»

Se escreves para um único leitor que seja, estás a criar um leitor que não cessa de te acompanhar e, assim, nunca desapareces verdadeiramente.

Com este livro, tomei consciência da minha inclinação para desaparecer. E descubro que, quanto mais a A. existe, mais simples se torna para mim conseguir desaparecer.


(p.262)
«Me gusta escribir por el mero hecho de escribir. Al igual que Walser, desconfío de que pueda comunicarse la angustia, encuentro a veces insuficientes y superficiales las palabras, aunque quizás sirvan precisamente para ocultar la angustia. Me gusta escribir por escribir, del mismo modo que hay viajeros que no viajan en busca de países remotos y de alicientes externos sino por el placer intrínseco del viaje.»

«(...) su más esencial principio poético y ético, ese principio walseriano según el cual todo acontecimiento, por muy cotidiano y banal que pueda parecer, merece ser tema para la poesía.»


(p.263)
«(...) Ya estaba en esos días Walser, en la Spiegelgasse, tratando de no pensar, de no angustiarse, de ocultarse a través de frases, tras las que escondía su visión del mundo, un mundo al que yo creo que ya entonces, secretamente, él veía como un amor hundido.»


(p.275)
«"(...) Pero nadie te quiere, y eso también es verdad. Y, lo que es peor, la cosa no tiene remedio. Aunque te volvieras un hombre entrañable, alguien siempre preocupado por los otros, desprendido y amable hasta el infinito, simpático y no problemático, tampoco así te amarían. Estamos solos, cada uno consigo mismo y con su muerte propia y su vida solitaria y desastrosa, estamos muy solos todos. Pero te diré algo que quizás te consuele. La soledad es el afrodisíaco del espíritu, como la conversación lo es de la inteligencia."»


(p.281)
«(...) la alegría del viajero y ensayista inglés William Hazlitt siempre que, tras una caminata, llegaba a alguna posada en la que era un perfecto desconocido. Para Hazlitt, ir de incógnito era muy excitante: "Sentirme señor de mí mismo, sin la carga de un nombre."»

E eu nos campos de trabalho voluntário dos Companheiros Construtores...

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